La mesa redonda es una obra que condensa mucho de la multiplicidad que me define. Concebida como tesis de grado de la carrera de Diseño Multimedial, esta obra busca explorar las alternativas de interacción lingüística, negándose de plano a la utilización de cualquier herramienta digital.

Esta drástica decisión responde a una hipótesis: las herramientas técnicas disruptivas enmascaran muchas veces el mensaje, y en cierto punto lo banalizan y minimizan. Volver a la esencia, despejando el escritorio de nuestros dispositivos digitales y quedándonos con la mesa vacía es una invitación a reflexionar sobre el mensaje y la potencialidad e identidad de los medios técnicos para transmitirlo.

La obra consta de 4 discos en los que disponen de forma transversal fragmentos de oraciones relativas a la multimédia y el arte en general. Al girar los discos, el usuario puede combinar las porciones obteniendo texto y significados diferentes en función de su interacción. Existen más de 160.000 combinaciones posibles. 

La mesa fue construida en madera, en un círculo total de 1,20 metros de diámetro,  con el texto grabado en su superficie y calado en relieve, lo que permite "calcar" las oraciones formadas por el usuario en papel.